El nivel preescolar permite a la niña construir su conocimiento a través de actividades significativas, puesto que aquí y mediante la observación directa, la manipulación de materiales, exploración y experimentación de su ambiente inmediato, permite la construcción de las relaciones espaciales, afectivas, físicas, cognitivas y comunicativas en un co-aprendizaje con sus pares, con quienes a partir de la cotidianidad se apropian de espacios de interacción y de convivencia. Las nociones y conceptos se construyen a partir de sus propios intereses, para convertirse en experiencias vivenciales, apropiándose del conocimiento significativamente.

Los niños y las niñas son sujetos activos que afectan y son afectados por diversas interacciones, las cuales son el principal mecanismo de la socialización y la humanización desarrollándose integralmente; por lo tanto es necesario comprenderlos como una unidad total, de la cual no es posible abordar una de sus dimensiones sin que se afecten las demás lo cual implica un proceso del desarrollo humano e interrelación entre las dimensiones: SOCIOAFECTIVA, ESPIRITUAL, ETICA Y VALORES, COMUNICATIVA, COGNITIVA Y CORPORAL.

Estas dimensiones permiten así el desarrollo del SER, el SABER y el SABER HACER, desarrollando a su vez la capacidad de SENTIR, PENSAR Y ACTUAR de quien aprende, permitiendo relacionar la vocación con la profesión y la ocupación. Se pretende que las niñas pasen a ser miembros de un nuevo colectivo, es decir a compartir actividades, objetos, intereses, experiencias con personas y compañeras diferentes al de su ámbito familiar, permitiendo el desarrollo de la sociabilidad como uno de los aspectos básicos de la Educación y por otro un equilibrio entre la dimensión individual y social que contribuya al desarrollo personal.

OBJETIVOS DE PREESCOLAR

• Formación humano-cristiana, interiorizando y vivenciando los valores como el amor, la responsabilidad, el respeto, la alegría, la sencillez, la fraternidad, la tolerancia y la solidaridad.
• Reconocimiento de su dimensión espiritual, para fundamentar criterios de comportamiento, enmarcadas en un concepto cristiano de la vida, valorándose como creación única de Dios.
• Conocimiento, aceptación y valoración de su cuerpo; sus posibilidades de acción, así como la adquisición de su identidad y autonomía, enmarcadas dentro del respeto por sí misma y los demás.
• Crecimiento armónico y equilibrado de la niña, facilitando la motricidad, el aprestamiento y la motivación, para la lectura y escritura significativa, además para dar solución a problemas que impliquen relaciones y operaciones matemáticas.
• Desarrollo de la creatividad y sensibilidad por los valores estéticos, habilidades y destrezas como también de su capacidad de aprendizaje.
• Manejo de sus relaciones espacio-temporales, la lógica y la ejercitación de la memoria comprensiva.
• Desarrollo de la capacidad comunicativa, para adquirir formas de expresión y relación para establecer actitudes de reciprocidad y participación, basado en normas de respeto, solidaridad y sana convivencia.
• Participación en actividades lúdico pedagógicas de interacción con otros niños y adultos, con gran sentido de comprensión humana y valoración de la persona.
• Estimulación de la curiosidad, para observar y explorar el medio natural, familiar y social, como fundamento del espíritu investigativo; con admiración y respeto por todo lo creado.
• Vinculación de la familia y la comunidad al proceso educativo, para mejorar la calidad de vida de las niñas en su medio.
• Fortalecimiento del trabajo grupal, con sentido de responsabilidad, creatividad y cumplimiento.
• Formación de adecuados hábitos de alimentación, higiene, aseo y orden; que generen conciencia sobre el valor y la necesidad de la salud.
• Desarrollo y búsqueda de diversas alternativas de acción, con el fin de afrontar recursivamente diferentes situaciones.
• Promoción del espíritu investigativo desde sus primeras fases a través de la observación, la manipulación y la curiosidad por los fenómenos naturales que ocurren a su alrededor.